viernes, 17 de febrero de 2012

El fin del verdadero final.

Extraño tu sonrisa, mucho, muchísimo. Dime; ¿donde la escondes? Extraño tus ojos posando en los míos y miles de palabras que me hacían felices. Pero si, se ve que todo terminó de nuevo. Y parece ser que ahora toca lo mítico en estas ocasiones; llorar. ¿Esperas que lo haga? Y es que la verdad es que no hace falta que esperes más.

Y lo peor de todo es que aún no te has ido, y jamás te irás. Vas a seguir ahí, viviendo como siempre. Y voy a tener que admitir que ni tú, ni yo (o se intentará) volveremos a sonreírnos. Jamás.

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